Sobre la lechuga y los cultivos de hoja verde
La lechuga es uno de los cultivos más comunes, que se cultiva en muchas zonas y en una gran variedad de especies.
La lechuga, al igual que otros cultivos de hoja verde, se caracteriza por un sistema radicular poco profundo que requiere un régimen de riego y un control muy estrictos.
La gestión de la humedad a lo largo de la época de crecimiento es un factor crítico para la producción y calidad comercial de lechuga y otros cultivos de hoja verde. Incluso los períodos relativamente cortos de humedad inadecuada del suelo pueden afectar negativamente al cultivo.
El rendimiento del cultivo de lechuga puede alcanzar hasta 50-70 toneladas/hectárea, dependiendo de la especie, del número de ciclos de crecimiento y de las condiciones del suelo.
La duración del crecimiento en el suelo de la lechuga se produce de: en otoño de 60 a 90 días, y en verano de 21 a 30 días.
La planta de la lechuga se adapta mejor a un clima moderado, con temperaturas de 13-16 C°. Durante la germinación, se requieren temperaturas de 7 a 24 C°. Los días cortos son ideales para el cultivo de la lechuga. Los días que duran más de 12 horas hacen que la lechuga florezca.